Mis libros
Las Masacres:
Ortodoxia históricaHeterodoxia literaria
Premio ensayo Miguel Ramón Utrera 1998 (Venezuela)
Premio ensayo Miguel Ramón Utrera 1998 (Venezuela)
Luego de algunos aspectos introductorios sobre masacres en Latinoamérica y sus correspondientes narrativas, la línea principal se nutre de elementos históricos y literarios para reflexionar sobre tres novelas que relatan en tres épocas distintas la masacre del pueblo de Canudos en el sertón brasileño (1897).
La primera novela Los Sertones de Euclides Da Cunha (1902) quien, como periodista espectador del conflicto, revela un pensamiento escindido entre la cultura occidental y la autóctona, dos mitades que dialogan entre sí pero no logran ponerse de acuerdo
La segunda novela es El Profeta del Sertao de Lucien Marchal (1956), sociólogo belga ubicado dentro del existencialismo sartriano
Y por último La Guerra del Fin del Mundo de Mario Vargas Llosa (1981), para quien la escenografía de Canudos fue un contexto propicio para desarrollar sus enfoques sobre las consecuencias del fanatismo religioso.
Julia Elena Rial menciona escritores, periodistas y otros trabajadores de la cultura que han luchado con integridad intelectual por sacar a Canudos del olvido. El tema es enfocado desde diversos campos de interés con la idea de abrir un camino para futuros ensayos.
Constelaciones del petróleo
Pensar el petróleo, motor económico mundial, significa adentrarse en niveles sociales y culturales de los países productores. Julia Elena Rial trata estas instancias en Constelaciones del petróleo.
El origen del producto en torno a los lenguajes que lo identificaron; reflexiones alrededor de las propuestas ideológicas y literarias en las narrativas venezolanas y latinoamericanas y sus transformaciones desde principios del siglo XX hasta inicios del nuevo milenio.
Pero por encima de todo, una visión de integración interdisciplinaria para construir el relato petrolero como una constelación
Este ensayo reivindica el contexto cultural petrolero, rescata del olvido memorias que parecían caducas y abren una brecha a la reflexión que sugiere un amplio horizonte para nuevas propuestas literarias.
Memoria e Identidad
en José León Tapia
Premio mayor de las Artes y las Letras del Ministerio de la Cultura de Venezuela, 2006
En el primer libro que leí de Julia Elena Rial, Las masacres: ortodoxia histórica-heterodoxia literaria (Fondo Ed. Secretaría de Cultura, edo. Aragua, 1999), hay una frase que dice así: “La memoria necesita de la literatura para conocer vidas y comunidades que el olvido ensombrece”.
En su más reciente trabajo, Memoria e identidad en José León Tapia (Ediciones El Perro y La Rana, 2006), escribe: “La memoria literaria exige salvaguardar las imágenes reales, no siempre por la lógica del relato, sino por el sentimiento del escritor que reclama siempre la presencia del pasado”.
Entre una frase y otra median algunos años y, sin embargo, leídas en conjunto son la demostración de dos verdades irrebatibles: primero, la coherencia con que la profesora Rial ha venido construyendo su discurso ensayístico y, segundo, la enorme fe que nuestra amiga ha depositado en los poderes de la memoria y la palabra escrita.
Entre ambos libros está Constelaciones del petróleo (edición del autor, 2003), en donde tras el análisis de una serie de obras narrativas y teatrales, Julia Elena va demostrando cómo la ficción suplanta la historia reivindicando lo humano y lo cotidiano en el devenir histórico social.
En el libro que hoy recibimos se ocupa de la obra de un autor cuya importancia aún no ha sido descubierta por los lectores venezolanos; digamos que se trata de un autor un poco marginado —aunque para nada marginal.
Y quizás la razón de esta marginación se deba a que Tapia no escribe pensando en una universalidad impuesta por modas o estilos.
Por el contrario, Tapia escribe desde la añoranza, como lo demuestra la profesora Rial, escribe desde el terruño, desde su memoria personal y familiar que, por efecto de la escritura, se convierte también en memoria de un pueblo, de un gentilicio.
La crítica literaria en ningún momento debe suplantar el placer de la lectura; por el contrario, debe enamorar, convocar, incitar al lector a realizar nuevos descubrimientos, abrirse a horizontes inéditos para disfrutarlos y confrontarlos en el diálogo abierto de nuestra herencia cultural.
Creo que este libro de Julia Elena Rial cumple ese cometido: luego de navegar por estas páginas, he sentido sed de conocer más profundamente la obra de Tapia, de buscar en ella parte de mis raíces perdidas.
Ojalá que esta edición llegue a los lectores como buena semilla y germine en ellos el placer de leer a nuestros autores y de sentirnos nuevamente orgullosos de ser venezolanos.
El ensayo:
identidad, memoria y olvido
Premio mayor de las Artes y las Letras del Ministerio de la Cultura de Venezuela, 2006
El Ensayo: Identidad. Memoria Y Olvido ahonda en la idiosincrasia cultural Latinoamericana, con la libertad de interpretación que sugiere el discurso ensayístico.
Ensayo significa abordar la naturaleza de una escritura donde los caminos opuestos se encuentran y reconcilian en la búsqueda apasionada de un sentido de comunidad y de reunir los signos fragmentados de un mundo que apela al ensayista, para buscar entre sus páginas las lecturas culturales de un continente que, cuando se descubre se comprende.
Como decía Montaigne “el ensayo es un libro de buena fe,” desde luego envuelto en la modalidad reflexiva, discursiva y artística que explicita una idea fundamental, sin dobleces, respecto al mundo que se quiere desentrañar, y en correspondencia con los temas que se indaguen para ahondar en la clave de cada ensayo.
Me propuse con este libro descolonizar la imaginación; buscar una comunidad de sentido nuestra, latinoamericana, que funcione como el mirador que, desde el ya, aquí y ahora de la intimidad y subjetividad, retroceda hacia las memorias compartidas hasta volverlas diálogo, porque como dijo Germán Arciniegas: “nuestra América es un ensayo”.
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