Noli me tangere
Palabras del Evangelio que cada artista, poeta o músico, con ráfagas de fina sensualidad, han reproducido, inalterables, a pesar de los siglos transcurridos.
Cuando Ana Bolena le dice al poeta inglés Thomas Wyatt "Noli me tangere" porque del Cesar soy", inicia una era controversial acerca de una frase cuyo significado oculto recorrerá siglos sin modificar su estructura.La pintura, la poesía, la música y la escultura abrieron un cauce inagotable con la frase, como símbolo religioso, sensual y erótico.
A partir del Renacimiento, el "Noli me tangere", en el mundo artístico, reproduce la emoción de María Magdalena ante un Jesús resucitado, quien rechaza su actitud de tocarle los vestidos con un "Noli me tangere" que, de ahí en adelante, titulara todas las obras artísticas que inspire.
La complejidad que cada pintor ha volcado en su obra sobre el tema varía según la época y la corriente que la representa. El título de cada una de ellas sigue siendo "Noli me tangere".
Fra. Angélico, en pleno siglo XV, pinta, en el Convento de los Dominicos, en Florencia, un"Noli me tangere" con colores claros, formas bien delimitadas, con la evidente actitud del rechazo de Jesús a la cercanía de Magdalena.
Botticelli, a finales del mismo siglo, ofrece la escena con abalorios dorados, más barrocos que renacentistas. Las figuras vestidas con colores intensos, y una María Magdalena implorante, muy cercana a Jesús, que hablan del pleno Quattrocentos artístico; cuando las pinturas recobraron características de la antigüedad, en menoscabo del Renacimiento.
El cuadro de Tiziano llama la atención por la sensualidad contenida en formas, colores y sombreados. La intensidad de las imágenes, los claroscuros deslumbrantes, el brillo de sus rojos y negros y la audacia del paisaje, que se define entre dos elementos primigenios: mar y tierra, ofrecen una escena majestuosa, oscura, brillante, cuyos misterios expresan la presencia de un barroco temprano.
El "Noli me tangere" sedujo a otros pintores: Holbein, el Joven y Jerónimo Cosida se sintieron atraídos por un tímido Eros envuelto entre vestidos y actitudes sensuales.
La poesía y la narrativa no se muestran ajenas a representar, desde sus lenguajes, las ráfagas controversiales que las interpretaciones de la frase encierra.
En Brasil independentista el poeta Augusto Dos Anjos escribe, un “Noli me tangere” cuya estética bizarra habla de un alma atormentada que vuelca sus desvelos en versos góticos.
En 1887 el escritor filipino José Rizal publica su novela "Noli me tangere". Entre arrebatos culturales y políticos, expresa Rizal críticas a la religiosidad contenida en la frase, asociada al momento que vivía su país. La novela fue publicada en Venezuela por la Biblioteca Ayacucho en 1976, con prólogo de Leopoldo Zea y cronología de Margara Russotto.
En el siglo XX la poesía y la música rindieron honores a la frase bíblica con versos de la poeta canadiense Françoise Roy que dicen: "No me toques/ soy un mago que no desaparece nada/ la facultad de borrar me fue retirada del castigo/ hace muchas vidas".
La poeta Angelab rompe el silencio de las voces bíblicas y erotiza la frase al decir: "No adelantes un paso/ No extiendas un dedo/ No abraces la distancia/ No me roces con el filo de tu voz/ No te atrevas/ ni siquiera/ por error/ por descuido/ por ceguera repentina/ por favor/ si no quieres que me/ hunda/ en tu cuerpo/ hasta la sima/ ¡No me toques!".
El "Noli me tangere" se resiste a ser olvidado. Defiende el ámbito de su propia libertad. Hoy, ante la amenaza del coronavirus aflora, desde el yugo dorado del Evangelio, para reclamar un importante espacio en medio de una pandemia que amenaza al mundo.
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