Algunas consideraciones sobre la lectura

En ocasión del Día Internacional del libro comparto algunas consideraciones sobre la importancia de la lectura.

Siempre que voy a escribir sobre la motivación a la lectura pienso: ¿Por dónde empezar?, si por la literatura, la cultura o la vida. No existe un principio justificado, presente y pasado se interceptan. Ambos se nos presentan con multiplicidad de variantes: filosóficas, artísticas, literarias, hasta económicas y políticas y ahora tecnológicas. Todas inciden en la producción de la literatura.

Los componentes literarios desbordan la temporalidad lineal y se hace imposible trazar límites inalterables entre épocas y tendencias. A veces creemos hallar contornos definitivos, pero las configuraciones multilineales impiden colocar rótulos, que si bien han ayudado a clasificar y establecer escuelas, no siempre se ajustan a la realidad escrita, y sobre todo a la del lector. No es posible pensar los textos separados de las diferentes lecturas.

El hoy aparece con extraordinarios cambios lectorales, sobre todo por los lenguajes alternativos que nos presenta el Internet. Textos electrónicos que entrelazan hipertextos, cuya imagen en la pantalla hay que aprender a manejar como lecturas coetáneas, diferentes al libro lineal convencional. Se trata de lenguaje en interacción que requiere los tres elementos claves tradicionales:

• El lector que interprete
• El texto
• La actividad de lectura que difiere del papel a la pantalla, pero siempre debe estar dotada de la capacidad de selección y comprensión.

Si observamos los textos en la red veremos que no son lineales, aparecen interferidos por llamadas hacia otros textos para complementar conocimientos, hipervínculos que motivan al lector a navegar por nuevas rutas de información, a veces diferentes de la que tenía programada y que lo pueden conducir más allá de su propuesta.

Del mismo modo nos pasa cuando leemos un libro impreso y averiguamos sobre nombres, lugares, teorías que el escritor cita, desde luego con la diferencia de que en Internet se agiliza el proceso y nos ofrece múltiples opciones.

Los textos tradicionales incluyen lengua y algunas veces imagen, los electrónicos incluyen imágenes, música y comentarios, hasta la voz del escritor hablando sobre su propia obra, sin duda la nueva tecnología enriquece el texto existente. Se trata de textos interactivos que ofrecen, además, la oportunidad de participar en foros, intercambio de ideas con personas de diferentes lugares del planeta, sin movernos de la computadora.

Más allá de la actividad lectora el procesar un texto leído involucra un nivel semántico para reconocer lo cualitativo del cuento, poesía, artículo o novela y poder discernir sobre el lenguaje con sus simbologías y figuras utilizadas para crear la ficción.

La lectura es un proceso en el cual el pensamiento y el lenguaje están involucrados en continua interconexión que se produce cuando el lector trata de captar e internalizar el sentido del texto impreso. La lectura de un texto se comprende cuando se toma en cuenta el contexto cultural dentro del cual el lenguaje es utilizado y las condiciones de apropiación que de ese escrito manifieste el lector.

Y en este proceso de lectura surgen muchas preguntas:

1. ¿Es una perspectiva real o ficticia la que presenta el autor?
2.  ¿Qué valores tiene el texto: literario, social, educativo, entretenimiento?
3. ¿Cuáles son las claves que utiliza el autor para interesarnos y no abandonar la lectura.
4. Qué diferentes interpretaciones le sugiere el texto?
5. Ubicar el tema en el contexto de ideas de la época de la narración y en las del autor.
6.  Sintetizar los aspectos más importantes de algún texto leído en el taller.
7.  Expresar un juicio valorativo de lo leído.

A medida que me acerco al final de este escrito me doy cuenta que queda mucho por decir:

• La lectura es considerada una búsqueda de significados, ya sea con interés pedagógico, científico, literario, informativo o para distracción; pero también aporta el reconocimiento del lenguaje para escribir mejor, visualizar nuevas palabras, mejorar la sintaxis, enriquecer el saber cultural y ocupar de manera enriquecedora los ratos de ocio.

• la lectura puede ser considerada como una actividad socio-cultural, cuya meta será lograr un intercambio enriquecedor para modelar y ampliar la flexibilidad en el proceso de la comprensión de la lectura; sobre todo ante la dinámica cambiante del mundo actual que exige transformar los estándares del lenguaje hacia el reflejo de nuevas simbologías, mitos y tecnologías.

• Para algunos “Un choque entre culturas”. Es dado pensar que tanto la comunidad lectora tradicional como la de Internet unirán sus capacidades en función de las necesidades y deseos de la sociedad, cuyas trasformaciones no se detienen. Sin obviar las diferencias, el mundo de la cultura creará estrategias para la consolidación de ambas lecturas.

• La lectura es un acto de libertad que funda éticas y estéticas literarias. No recuerdo quien dijo que “mientras unos transitan por la página, otros marcan el itinerario de ese transitar.” Así tenemos un Cortázar, un Julio Garmendia, y así revoluciona el Internet con su globalización de nuevos lenguajes que acabarán con las insensateces de nacionalismos fanáticos. Los lenguajes del futuro viajarán más allá de la comarca, los límites no tendrán más límites.

La tradición pone a disposición un cruce de coordenadas que se dan en el momento de la lectura. Uno y otro, autor y lector, colonizan, cada uno a su manera y en su momento, el espacio textual, pero el autor lo habita sólo mientras lo escribe, luego lo entrega, como un legado, a la posteridad. Será el lector quien descifre, explore y subjetive el regalo que ha recibido.

El libro, como el lector, carece de fronteras, de códigos, se trata de un territorio para ser explorado cada día, que fertiliza en cada mirada. Es el sueño hecho realidad de un escritor y es la polifonía de voces de sus lectores, que insurgen contra la posición demiúrgica del autor y crea una pluralidad de visiones y de propuestas, democratiza el texto. Convierte la lectura en un juego lúdico y vital, donde se mezclan tradiciones, mitos de lo ya cultivado pero con miras a un futuro renovador.