Personajes femeninos en la literatura: Siglo XX y nuevas visiones de la mujer narrada (Part. 14)

El siglo XX se presenta pleno de desencuentros narrativos, algunas veces los personajes femeninos responden al desarrollo cultural y económico de cada país. Mientras Brasil acababa de lograr su independencia de Portugal, sin la crueldad de una guerra; Venezuela sufre la larga tiranía de Juan Vicente Gómez y Argentina vive la formación de país con un 78% de población europea, según registran las estadísticas del Hotel de Emigrantes. Cada una de estas diferentes realidades conformó narrativas particulares, y protagonistas literarias, que respondían al criterio más o menos evolucionado de sus creadores.

Personajes femeninos en la literatura: Siglo XX y nuevas visiones de la mujer narrada (Part. 14) por Julia Elena Rial

En la literatura brasileña la Sinha Vitoria de la novela Vidas secas, publicada en 1937, es la valiente campesina a quien Graciliano Ramos decide liberar de antiguas cargas culturales, para que pueda aventurar su futuro en nuevos espacios de su geografía nacional, más fecundos y prósperos. La mujer no cede un palmo de ilusiones a las penurias de la vida en el sertón brasileño, cuyas prolongadas sequías representan un ilícito social dentro de la cartografía del país. Lugar donde el ethos moderno no ha, ni siquiera, soslayado las riberas de sus ríos, porque la modernidad yace aún bajo el signo de la utopía.

Opuesto a la destrucción del grupo familiar, Ramos sustenta un manejo doctrinario en defensa de la toma de decisiones y fuerza espiritual femenina. Vitoria impulsa a su esposo, Fabiano, para ir en busca de un futuro mejor en otra región de Brasil, rechaza así la dialéctica amor-muerte que signa la vida del sertón, aunque la prosperidad futura de la familia esté planteada sólo en el plano ideativo. Vitoria supera la grieta que falsifica las mujeres literarias, las cuales son tratadas como si los idiomas se hubieran despotenciado.

Aunque en el mundo narrativo, si algo falta son palabras auténticas para crear la mujer verdadera. Ramos rompe ese determinismo. La Vitoria de Vidas Secas se rebela contra el fetichismo creado por las conciencias positivistas alrededor del sertanejo, que lo estigmatiza como parte inseparable de los cascajos del erial donde vive. Vitoria, deseosa por irse a la ciudad, le dice a Fabiano: “Resistiriam a saudade que ataca a sertanejos…adotarían costumes diferentes”.

Personajes femeninos en la literatura: Siglo XX y nuevas visiones de la mujer narrada (Part. 14) por Julia Elena Rial 

La visión histórica del tratamiento femenino revela, algunas veces, mujeres que no admiten ser encarceladas entre paredes de hierro, y piden crear para ellas nuevos significados, contenidos en los valores de los relatos. No se ubican personajes como Sinha Vitoria en las gavetas ya establecidas por los métodos críticos, ella se define en el corpus de mujeres que no admiten una lectura limitativa.

Enfocada desde la centralidad narrativa, Vitoria es relatada como la mujer cuyo lenguaje está hecho de gestos, miradas, movimientos, ella producía su propio pensamiento y vocabulario, en función de sus deseos y de las necesidades de su familia. La economía de palabras puede deberse a la carencia de modelos que representen otros mundos. Entre frase y frase, se puede reconstruir un personaje femenino que se transforma en la toma de decisiones. Sus emociones brillan, o se oscurecen cuando no siente receptividad a sus propuestas.

Personajes femeninos en la literatura: Siglo XX y nuevas visiones de la mujer narrada (Part. 14) por Julia Elena Rial 

Es oportuno recordar que Graciliano Ramos, dictó en Palmeira, en 1932, una conferencia sobre reivindicaciones femeninas y la situación de la mujer brasileña en la sociedad de su época. Más tarde en un Seminario publicado en 1972, por la Universidad de Poitiers, reafirmó su ´posición al decir:

“A verdade que as nossas matuta sao agentes de correio, telegrafistas, professoras, dactilografas num banco popular o agrícola, mulheres negociantes.” (La verdad es que nuestras mujeres son agentes de correo, telegrafistas, profesoras, dactilógrafas en un banco popular o agrícola, mujeres negociantes.)

Se trata de una estética diferente que, aunque se ubique en el pasado, trata de afianzar en las figuras femeninas el poder de decisión familiar, el espacio moral insustituible, y la fuerza de cambio social, con toda la conceptualidad que la palabra encierra en su contenido cultural, a pesar de la ambigüedades y restricciones que todavía minaban las letras sobre el tema.

En estos enfoques confluyen elementos que no eluden la “corrosión semántica e ideológica”, que durante medio siglo fue determinada por la crítica eurocentrista. Ella impidió rescatar y valorar narraciones que hoy, en busca de “novedosas actitudes”, son leídas a contramano de los pasados cánones, ya inexistentes, y adjetivadas como literatura de orillas o sesgadas.

Todo un simulacro de resignificación de valores se esconde tras esa consideración de “otra literatura”, como distante del centro, como quien se adentra en comunidades narrativas para desacralizar lo propio femenino, porque el foco de interés radica en tener un discurso deconstructivo que comentar, o un nuevo producto de consumo.

Personajes femeninos en la literatura: Siglo XX y nuevas visiones de la mujer narrada (Part. 14) por Julia Elena Rial

Octavio Paz, considera este comportamiento como “La arbitrariedad sin noción de orden y la voluntad sin freno.” En todo caso la mujer de ayer y de hoy no siempre asumió, o asume con sometimiento, los desafueros machistas. En lo que respecta a la literatura, no es vocación de los personajes femeninos en la literatura formar parte de contextos de pasividad absoluta.

La verdad histórica no siempre es moneda acuñada con buena fe, muchas veces peca por olvidadiza, ahí es donde la literatura recobra los fantasmas que muestran caminos, no ya para evadir los ilícitos sino para recuperarlos, y verificar los vínculos actuales con las viejas identidades, sólo así se podrán transformar en la posible legalidad cotidiana.

En la narrativa latinoamericana, muy a pesar de los encasillamientos, los caminos tisulares se entrecruzan, y escritores como Graciliano Ramos reencuentran sus inquietudes entre el genésico animismo de los pobladores autóctonos, los siglos de archicatólica hispanidad y la no consolidación de una cultura moderna, siempre en ejecución.

Personajes femeninos en la literatura: Siglo XX y nuevas visiones de la mujer narrada (Part. 14) por Julia Elena Rial

Vanguardistas, costumbristas o realistas los escritores revelan las escondidas tensiones de sus protagonistas que se alejan de una Doña Bárbara, “devoradora de hombres”, personaje guiado por la venganza que resulta de antiguas vejaciones. Rómulo Gallegos revela las bases erosionadas de una sociedad, conformada por el implícito conflicto de mandatos destructivos sobre la mujer.

Personajes femeninos en la literatura: Siglo XX y nuevas visiones de la mujer narrada (Part. 14) por Julia Elena Rial

Tampoco quedan fuera de contexto discursivo las estructuras de poder que alimentan las ilegalidades de Doña Bárbara, cuyas contradicciones la llevan a querer depender de un hombre a la vez que se rebela contra él.

La reflexión lleva a pensar que el escritor define en su personaje el espíritu ofensivo- defensivo, y de resentimiento, al que apelan los sectores dominados que aún parecen conservar vestigios de esclavitud, y en la literatura articulan el bien y el mal según el maniqueísmo de su creador.

Posiblemente en estos escritos los aspectos contemporáneos estén algo dejados de lado, y se haya trabajado, sobre todo, con ilegalidades y costumbres que, en los personajes femeninos, remiten a pasados históricos. No es en absoluto imposible el asombro acerca de que los comportamientos masculinos, del ayer histórico-social, presten su misoginia a las ficciones de este siglo XX y XXI.

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Julia Elena Rial
Escritora, ensayista y docente argentina (Tandil, provincia de Buenos Aires). Reside en Maracay, Aragua (Venezuela). Profesora de castellano y literatura en el Instituto del Profesorado de Buenos Aires. Estudió Filosofía en la Universidad de Buenos Aires (UBA) e Historia de las Ideas en la Universidad de Chile. Posgrado en Literatura Latinoamericana en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador, de Maracay. Ganadora del Premio Ensayo Miguel Ramón Utrera (1998) con Las masacres: ortodoxia histórica, heterodoxia literaria. Mención de honor en el Concurso de Ensayo Augusto Padrón de la Alcaldía del Municipio Girardot (Maracay, 2005).Ganó el Premio Mayor de las Artes y las Letras del Ministerio de la Cultura de Venezuela (2006) con el ensayo Memoria e identidad en José León Tapia. Autora de los libros Constelaciones del petróleo (2003) y El ensayo: identidad, memoria y olvido ( 2007). Colaboradora de la revista brasileña Hispanista y de la revista venezolana Letralia. Miembro fundador Agrupación Literaria Pie de Página y del Consejo Editorial de la Revista Cultural Pie de Página. Jurado del premio de ensayo Augusto Padrón 2001 y del premio de ensayo Marita King 2005

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